UNA VEZ MÁS HABLANDO DE COVID.
El Triunfo

UNA VEZ MÁS HABLANDO DE COVID.

Comentarios para reflexionar.

6 nov 2021

UNA VEZ MÁS HABLANDO DE COVID.

Había optado por no seguir hablando de este tema, porque entiendo desgasta un poco. Pero frente a la estupidez humana y a las mentiras, es difícil callarse. Ver cómo se engaña a la gente; cómo se la manipula y lo que es peor; ver cómo la ingenuidad aflora a la vista del observador que percibe, la falsedad latente en el paternalismo  asumido por quienes nos quieren hacer creer que nos protegen del riesgo sanitario presuntamente derivado de un virus, que a ciencia cierta no se sabe o al menos no lo sabemos..., de qué manera se hizo presente en los medios sociales a nivel mundial; es increíble.

 Resulta que ahora, el tan temido virus, llamado Covid 19, está haciendo de las suyas demostrando su terquedad. No nos quiere abandonar, pero no sé si será por su terquedad o por la terquedad de quienes dicen que lo están tratando de erradicar. Algo falla, porque después de tantas medidas y las milagrosas vacunas, nuestro virus, sigue estando activo. Tanto es así, que en algunas zonas del globo terráqueo, ha crecido   su presencia, generando un aumento en los casos de personas afectadas    e inclusive de fallecimientos. Las alarmas están latentes y los medios se encargan de agitar el tema para recordarnos que no debemos bajar la guardia; o tal vez sea para seguir promoviendo el miedo. El asunto es, que despliegan advertencias  a causa del aumento de casos por Covid, pero no dicen que la mayoría de los casos  son de personas vacunadas. (Tampoco podemos confiarnos de que todos los casos sean por Covid). Como confirmación de esto que estoy diciendo lean el informe sobre Irlanda, publicado en esta misma edición. Sirve como ejemplo de lo que está sucediendo en varias partes del planeta.

Esto demuestra en cierta medida la ineficacia de las vacunas. Los expertos garantizan que cuentan aproximadamente con un 97 % de efectividad. En el artículo “Dónde está la realidad”, publicado en la edición cinco, con fecha 04/05/2021 (pestaña NOTICIAS) se explica, al final del mismo, cómo se deben calcular los niveles de efectividad de las vacunas. De acuerdo al análisis hecho por la doctora Karina Acevedo que es la fuente de la publicación antedicha, la efectividad de las vacunas no llega al 1%; o sea, cada 100 personas se asegura que una puede quedar protegida efectivamente. La doctora explica, con otras palabras, que en los estudios estadísticos sobre niveles de efectividad se debe aplicar la ecuación que se basa en los datos de la reducción del riesgo absoluto, no en los datos de la reducción del riesgo relativo. Además hay que tener en cuenta, que no se trata de un capricho del investigador de turno, son procedimientos matemáticos que se deben respetar y no hay otra cosa. Ese 97 % de efectividad corresponde a un estudio estadístico realizado por Pfizer de su vacuna Covid, sobre un total de 21.720 vacunados y 21.728 placebos. Lo lamentable es que se conformaron con el resultado del análisis sobre la reducción del riesgo relativo, algo que favorece los intereses de la empresa.

Ahora bien, si presuntamente, en los países con mayor porcentaje de vacunados, es donde se observan más casos de personas afectadas por Covid 19 que en los  países con menos porcentaje de vacunados: ¿Cuál es el motivo de seguir insistiendo en campañas de vacunación? ¿Esto no quiere decir acaso, que las estrategias empleadas para combatir la supuesta pandemia no han sido las adecuadas? Desde un principio se han equivocado los caminos; empezando por el hecho de no haber aislado el virus para determinar los verdaderos síntomas, cumpliendo los postulados de Koch. Tampoco se han conocido ni revelado los orígenes del virus, al menos en lo que se refiere al conocimiento popular. Hay muchas verdades ocultas sobre esos orígenes. Para refrescar la memoria recordemos que una verdad oculta, es una verdad cubierta por otra que parece verdad pero es hipocresía. Para decirlo con mayor claridad, hay mucha mentira en torno a la aparición del supuesto virus. Nadie lo explicó detalladamente sin caer en la incoherencia.

En otro orden, es inentendible el uso de mascarillas y mucho menos la forma del uso habitual, que en la etapa de obligatoriedad en la vía  pública, bastaba para que no te molestaran con sanciones, que te pusieras una tela que cubriera nariz y boca, sirviera para algo o no. Poco difundida estaba la orientación por parte de las autoridades, sobre el uso de mascarillas y el tipo más apropiado, aunque ninguna sirve de mucho, que por lo general los poros de los diferentes materiales para confeccionar mascarillas, se miden en micras; la micra es la millonésima parte de un metro; mientras que para medir a un virus debemos utilizar como unidad de medida el nanómetro; y un nanómetro es la mil millonésima parte de un metro, es decir, mil veces más pequeño que una micra. Por lo tanto, no todas las mascarillas sirven, más bien que ninguna, al menos las que están en el mercado, porque ninguna es capaz de ofrecer una protección del cien por ciento. En materia laboral, en un puesto de trabajo donde se deben usar contaminantes, porque lo requiere la faena; primero hay que determinar qué tipo de contaminante es y luego elegir la máscara o mascarilla que va a ofrecer el máximo de seguridad. Como ejemplo voy a mencionar los trabajos de arenados en los que se hace la limpieza de frentes de edificios o paredes. El trabajador debe ir totalmente cubierto de cabeza y cuerpo como lo muestran las imágenes, para impedir que las partículas de arena, especialmente

preparada para estos fines, no ingresen por las vías respiratorias a los pulmones, lo que produciría a la larga, una enfermedad profesional llamada silicosis. El término hace alusión a los trabajos en canteras para extraer sílice, con la diferencia que en los arenados se debe cubrir todo el cuerpo porque la presión con la que se dispara la arena puede provocar heridas al operario. Sílice es el nombre dado a un grupo de minerales compuestos de silicio y oxígeno. En la industria química se deben utilizar equipos de protección personal que prevengan los riesgos que conllevan los productos utilizados, que de no actuar en estas condiciones de protección, los efectos dañinos pueden terminar en enfermedades profesionales crónicas. Algunas imágenes que ilustran los EPIS utilizados para estos fines.

Estas máscaras garantizan el cien por ciento de seguridad. La condición de uso  establece en incluir períodos de descanso donde el organismo pueda funcionar en forma natural, que de no cumplirse podrían ocasionar trastornos de diversas índoles. De igual manera, debería aplicarse la condición de uso para las mascarillas que se utilizan contra el Covid 19, que a pesar de que no sirvan de mucho por lo ya explicado anteriormente, si se usan permanentemente sin descansos, en períodos largos, pueden afectar la salud; y más para los trabajadores que durante 8 horas diarias, no se despegan de ellas. A lo largo de un mes, dos meses o más sin tener en cuenta esta precaución, los problemas pueden presentarse y de manera silenciosa porque cuando se hacen notar, ya es demasiado tarde. Toda esta reflexión es importante tenerla en cuenta, porque es algo muy serio el tema del uso de mascarillas y no se deben emplear ni obligar su uso sin la orientación adecuada. La forma masiva en que han sido y son utilizadas no es recomendable y menos en el caso de los niños donde el remedio seguro es peor que la enfermedad.

Otro tema son los PCR. Se sabe y está demostrado que solo determinan la concentración de material vírico activo en el organismo; dependiendo además de los ciclos de réplica utilizados, algo que se puede establecer al antojo de las necesidades. Con esto quiero decir, que si necesito que dé positivo, a la concentración de material vírico de 36 ciclos, así lo hago; pero si quiero que suceda lo mismo a los 20 ciclos, solo tengo que arreglarlo. Pero de todo ello no puedo garantizar de qué virus se trata con seguridad, porque los PCR no me proporcionan un diagnóstico; tal vez y solo tal vez, si se hubiera aislado el virus se podría identificar la concentración de determinado tipo de material vírico.

Y el gran ausente de quien nada se habló hasta que aparecieron las vacunas: “El Sistema Inmune”. Cuando en el planeta comenzó a desarrollarse la vida, partiendo desde manifestaciones unicelulares, poco a poco la asociación de células fue derivando a seres vivos y esa magia fue brillante en su obra final, que como en un proceso alquímico dio como resultado el ser humano. Pero no hubo fallos, todo estaba en orden, funcionando al pie de la letra de la creación. Y a esta maravilla había que dotarla de un sistema de protección, en sí, no era necesario, pero como se trata de algo tan perfecto, este sistema pluricelular y energético, cuenta con la capacidad de reacción frente a agentes agresivos y una velocidad de aprendizaje que en cuanto nota la presencia de patógenos, enseguida prepara el armamento de combate. A ello se le llama “Sistema Inmune”. En los tiempos que vivimos, debemos enfrentar situaciones muy adversas, principalmente el estrés, que se dispara frente al estímulo del miedo natural y  más aún, del miedo provocado, por lo que a ese sistema hay que ayudarlo a que se fortalezca y contamos con muchas alternativas naturales para hacerlo, que no demandan nada de esfuerzo. Pero optar como alternativa por las vacunas Covid, una vez puestas en circulación, no es recomendable. De una forma muy básica explico, que estas vacunas de ARN mensajero, provocan que a nivel celular se genere la proteína nefasta haciendo reaccionar a nuestro ejército de defensa. Esto tiene muchos inconvenientes que no voy a detallar ahora. Solo voy a decir que,  nuestra unidad biológica (el ser humano) cuenta con su propia escuela de aprendizaje, que son las “amígdalas”. Las amígdalas se conectan con la zona de la garganta por medio de unos diminutos canalículos. Ya sea a través de los alimentos como del ingreso de oxígeno  a causa de la respiración, pequeñas porciones de nutrientes, ingresan al organismo. Junto con los nutrientes se acopla material nocivo y en diminutas cantidades es captado por las amígdalas a través de los diminutos canalículos; y allí, nuestros guerreros del sistema inmune, comienzan el aprendizaje y el entrenamiento para hacer frente a los intrusos preparando la batalla. Por eso cuando se obliga al aislamiento colectivo y se impone el uso de mascarillas obligatorio, se pierde la gran oportunidad de que nuestro sistema inmune se prepare para enfrentar  a los patógenos y atenuar de esta manera, su intensidad; y si esto se repite en otros individuos, se va aumentando la atenuación del virus. De esta manera se posibilita la formación de un sistema inmune colectivo, que a la larga se va multiplicando, hasta conseguir el equilibrio necesario para que el virus sea neutralizado. Cabe preguntarse si estos aislamientos tienen la intensión de proteger o de evitar las acciones inteligentes que nos permitirían fortalecernos frente a la enfermedad.

Lo que me queda claro y creo que muchos también, es que una casa se empieza por los cimientos, sino lo único que construimos son como castillos de naipes, enseguida van al suelo. Y el cimiento más importante en este asunto es el conocimiento del virus; determinar sus exactas características y ser conscientes de su sintomatología. Eso se consigue, como expresara anteriormente, aislando el virus y cumpliendo con los postulados de Koch. De todas las variantes surgidas, quien podría garantizar que son verdaderas variantes y no se trata de sintomatologías emergentes a consecuencia de algunos cambios del entorno.

Son muchas dudas las que surgen. Estoy seguro que hay expertos comprometidos con este proceso de “Plandemia” que tienen todo muy claro, pero por alguna razón a ese todo lo mantienen entre bambalinas y lo encubren con NO VERDADES que reflejan hipocresía.

Muchas cosas que hubieran dado resultados más efectivos se podrían haber hecho, que por obsesión, orgullo, o que atentaban contra el plan encubierto, se despreciaron y se desprecian con la excusa de no tener comprobación científica. Pero quienes sostienen esto no se desgastaron en investigar, al contrario, pusieron y siguen poniendo piedras en el camino. Estoy hablando de tratamientos a base de Dióxido de Cloro; Artemisa Annua y otros que se han aplicado a pesar de la negativa de las autoridades sanitarias, y que salvaron y salvan vidas. Además existe mucha documentación científica verificando la efectividad de estos productos.

Lo he dicho en otras oportunidades, combatir una pandemia, si es que en realidad surge, es muy difícil hacerlo con la mira puesta en desarrollar una vacuna para neutralizarlo; como medida inicial. Porque conseguir una vacuna demanda mucha investigación y mucho  tiempo que no se tiene para acompasar la vertiginosidad con la que actúan los virus. Es preferible instrumentar una estrategia que urgentemente detecte los afectados, los aísle y los trate. Paralelamente trabajar en la identificación del virus y su sintomatología (postulados de Koch). Crear grupos interdisciplinarios para la investigación integral de la situación, desde todos los puntos de vista. No descartar ninguna posibilidad que sirva para minimizar los riesgos de propagación, pero teniendo en cuenta de usar alternativas que sean efectivas y aportando la orientación adecuada, evitando el alarmismo. Imprescindible ser transparente en la difusión de la información y lo más importante, no mentir. Y cuando se haya investigado lo suficiente y al mismo tiempo haber cumplido con todos los procesos sanitarios y estadísticos y de verificar los resultados durante no menos de cuatro años, concluiremos en decir que logramos una vacuna apropiada.

Podemos hablar mucho más, pero  creo que hasta aquí es suficiente para tener una idea de todo lo que tendríamos que corregir y sin dudarlo un instante empezaría, no de mi parte porque no puedo elegir, a hacerme una idea de qué políticos serían los más aptos para concederles mi aval a fin de hacerlos responsables de la conducción del país.

Quiero terminar resaltando mi asombro, de cómo esta “PLANDEMIA” ha llegado hasta dónde está y sigue inmutable, tras la misma estrategia, con pocos matices sobre la original, con el respaldo de quienes la sostienen ostentando la autoridad que les concede el estatus de ser gobierno. Y resalto mi asombro de que hasta el momento quienes se oponen y con razón a todas estas inservibles medidas, y nefastas intenciones, hayan demandado justicia ante los tribunales competentes, o no; lamdntablemente los resultados  para detener esta locura incoherente que provoca más daño que beneficio, no se ven.

Gracias a Todos

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