TRASCENDIENDO LA PLANDEMIA.

TRASCENDIENDO LA PLANDEMIA

Ya se ha hablado  y he hablado mucho sobre  esta mal llamada pandemia, o mejor dicho Plandemia. ¿Cómo lo estoy viendo? Bastante desalentador pero sin perder la esperanza. Bastante desalentador porque las autoridades con su canturria intransigente, siguen sin apartarse un ápice de su obsesión, al igual que caballos con tapa ojos para no desviarse de su andar. Así los tienen agarrado de los …….. las élites de poder. Los medios como lacayos  difunden información de muy dudosa veracidad. Que nos enfrentamos a una quinta ola; que la variante Delta; que los contagios; que los fallecimientos; que no sé cuántas escusas más vamos a escuchar para mantener la crisis que justifique la vacunación como el gran descubrimiento salvador propuesto y elaborado por las FARMAFIAS; pero sin asumir responsabilidades por los seguros fallos que ya se vienen suscitando provocando graves daños a infinidad de vacunados o mejor dicho, inoculados, porque no se les puede llamar vacunas, sino experimentos genéticos inseguros e ineficaces. Nadie sabe que se puede conseguir con estos inventos, pero hasta el momento una gran incertidumbre domina el panorama. Estoy cansado de decir, que las pandemias es casi imposible combatirlas con vacunas, porque pasa lo que está pasando, se termina utilizando un producto a medias que no garantiza nada; y como dice el refrán: “es peor el remedio que la enfermedad”.

Digo: bastante desalentador pero sin perder la esperanza. Y resalto esto último porque veo que cada día hay más gente que despierta y sale de la ignorancia; que hay más gente que se agrupa para hacer frente a esta barbarie; pero un sabor agridulce en mi paladar porque  por más que se salga a la calle  y se proteste no se logra aún frenar la vertiginosidad con que presiona el oficialismo, insistiendo con el  discurso del miedo, con que logra mantener todavía entre sus garras a un gran número de asustados y otro tanto de cómodos que por no hacerse de tiempo para informarse o por no enfrentar las presiones oficiales prefieren cumplir con las normativas impuestas, aunque muchas contradigan la Constitución. Ya el propio Tribunal Constitucional actuó invalidando normativas restrictivas impuestas por el gobierno en la primavera de 2020.

Un sabor agridulce, porque por más que nos agrupemos, aún no logramos la agrupación total; ni generar una gran demanda para presentar en los tribunal internacional, que tome cuenta y esclarezca los actos criminales de los que quieren ser más realistas que el Rey, o sea de los que pretenden ostentar el poder mundial sin medir consecuencias y manteniendo la inescrupulosidad en sus acciones.

Somos activistas, pero nuestras protestas no logran superar el nivel de la dimensión en la que nos encontramos. No logramos dar el salto cualitativo que nos ubique en la dimensión de la trascendencia. No superamos nuestras propias limitaciones para vibrar en una frecuencia  que nos permita desarrollar un estilo superior al de nuestros adversarios. Seguimos con la misma forma de protesta,  tratando de demostrar los actos injustos, las mentiras y las verdades ocultas que nos lastiman, pero sin superar el techo que nos estructura a la misma condición humana de lucha que utilizan los que nos quieren esclavizar. Como digo siempre: si queremos un cambio, debemos primero cambiar nosotros y eso se consigue cuando cambiamos de mentalidad, para construir estrategias basadas en la cooperación, en la solidaridad y en la  búsqueda de la unidad en la pluralidad, para encontrar la fuerza que desconoce aquel que solo basa la lucha en lo de siempre, la disputa, la competencia, la desigualdad, la confrontación, en provocar la división utilizando la política del miedo que al final se convierten en causas de su propia derrota.

Como dice la letra del estribillo de mi canción: “dame tu mano hermano/ para formar una fuerza/ y junto con otro igual/ ascender a las estrellas/ transformémonos en pájaro/ en un eterno vuelo/y todos hagamos Uno/ en busca de un mundo nuevo.

Gracias a todos.